Desde el campo específicamente disciplinar podemos decir que el lenguaje es constitutivo de la identidad de las personas como sujetos individuales y sociales. A través del lenguaje tenemos conciencia de nuestro yo; revisitamos nuestra historia personal, la de nuestro grupo y la de los otros en un amplio arco temporal; imaginamos posibles devenires y mundos alternativos. Nuestro conocimiento sobre nosotros mismos y sobre el mundo se enriquece, en gran medida, a partir de las experiencias que se desarrollan al leer, escribir, hablar y escuchar. (Dirección Nacional de Gestión Curricular y Formación Docente. Ministerio de Educación. Presidencia de la Nación. 2009)